Hoy día, me quedé dormida. Es la primera vez que me pasa y, por suerte, una amiga me despertó.
Me uní alrededor de veinte minutos después, justo cuando estaban realizando el check-in.
Ahi, mis compañeras me contaron todo de lo que me había perdido. Más que nada, habían hablado del control de lectura y la entrega de bitácoras.
Dentro del grupo, realizamos la tabla de observación. Esta era la mía:
1. Veo: me he despertado tarde
2. Siento: estoy más descansada
3. Entiendo: me debo ir a dormir más temprano, quizás poner una tercera alarma
Cuando regresamos a la sesión, ayudamos a una compañera a solucionar un problema que estaba teniendo con su bitácora.
Pasamos a la plataforma zoom para realizar los ejercicios. Mi grupo y yo decidimos avanzar con “listos para el yoga.”
Terminé agotada, pero me sirvió bastante para calentar. Todavía tengo dificultades al mantener la plancha alta. Siento que me tiemblan los bíceps.
Tampoco puedo realizar el perro mirando hacia abajo con una pierna, ya que no soy tan flexible. Espero poder mejorar en eso.
Volvimos a la sala principal, donde comentamos cómo nos había ido.
Luego, Lea nos introdujo a un ejercicio llamado “saludo al sol”. Este me encantó, porque terminé de estirar todo mi cuerpo.
Después de hacerlo, me sentía mejor y mucho más despierta. Por último, realizamos un shavasana.
Este ejercicio me gustó bastante. Ojalá pueda aplicarlo antes de dormir, como recomendó Lea.
Cuando terminamos estos ejercicios, llegó Gabriela, una invitada. Ella nos habló de un proyecto que tenía para el cual necesitaba nuestra ayuda.
Finalmente, nos despedimos.
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