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Foto del escritorAlejandra Lucia

Sesión 16 de noviembre

Hoy día, me levanté a las 8.45. Me alisté, desayuné y me conecté a la clase.


Nos saludamos y comenzamos con un ejercicio de conexión con una rima. Este me pareció un poco curioso, ya que nunca lo había hecho antes. No me pude concentrar mucho en el ejercicio en sí, porque mi mayor atención estaba en la rima.


Sin embargo, diría que es una forma divertida de despertarse completamente y centrar la atención en una actividad específica. En ese momento, por ejemplo, debíamos concentrarnos en seguir la rima y generar las mímicas.


Después, nos dividimos en grupos para realizar el check-in. Yo, como casi siempre, me encontraba en un 8/10. Este fue mi cuadro de observación:

1. Veo: me desperté temprano, tuve tiempo para alistarme y desayunar.

2. Siento: me siento descansada. Estoy un poco preocupada por algunos trabajos pendientes.

3. Entiendo: ayer me fui a dormir temprano, por lo que tuve más tiempo para descansar. En cuanto a los trabajos pendientes, sé que me sentiré mejor una vez comience a trabajar en ellos.

Además, aprovechamos los minutos restantes para organizarnos con el trabajo final.


De ahí, regresamos a la sesión principal. Ahí, vimos un video sobre tres reglas básicas para cuidar tu cuerpo orientado a niños pequeños. Estas fueron las que se mencionaron:

1. Lo que es mío, es mío. Lo que es tuyo, es tuyo. Mis partes íntimas son “…”. Estas son mis partes íntimas y nadie las puede tocar.

2. No guardes secretos malos. Incluso si te amenazan, díselo a un adulto de confianza.

3. Debo buscar y contar con adultos en quiénes confiar.


El segundo video era, más que nada, una canción sobre conocer su cuerpo, quererlo y cuidarlo.


Después, hicimos una reflexión sobre los videos. ¿Por qué es importante que los niños conozcan las partes de su cuerpo? Yo mencioné que era importante para prevenir acosos sexuales.


El niño, al empezar a conocerse y poder identificar su cuerpo, comienza a amarse. Y así, aprende a cuidar a lo que ama. Además, logra nombrar cada parte de su cuerpo por su nombre. Puede decir “me tocaron el busto”, por ejemplo. Así, se evitan confusiones y malentendidos.


Es importante que el niño conozca su cuerpo para que pueda cuidar su intimidad, y establezca límites basados en sus deseos y necesidades. Los niños tienen que saber que incluso los adultos más cercanos a ellos pueden equivocarse y pedirles cosas que estén mal, que les hagan daño.


Profundizamos en estas reflexiones con una serie de diapositivas. Una frase que particularmente razonó conmigo fue la siguiente: “un niño que conoce su cuerpo es un niño protegido”. Creo que fue una manera perfecta de resumir todo lo que habíamos comentado antes.


Luego de eso, hablamos sobre el trabajo final. Revisamos, una vez más, la rúbrica y, finalmente, nos despedimos.



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