Hoy día me desperté a las seis. Normalmente, me despierto quince minutos antes de la clase, pero me daba miedo quedarme dormida.
En esta clase, comenzamos la tercera unidad: la relación con el entorno. Hablamos de cómo, en la actualidad, la tecnología se ha convertido en parte de este entorno. ¿Qué papel tiene el juego dentro de esta modernidad?
Para esto, nos dividimos en grupos.
Comenzamos con el check-in. En una escala del 1 al 10, yo me encontraba en un 8.
Este fue mi cuadro de observación:
1. Veo: me desperté más temprano que de costumbre, me conecté temprano a la clase.
2. Siento: me siento cansada y con un poco de frío.
3. Entiendo: comprendo que no estoy acostumbrada a despertarme temprano, por lo que se me suelen presentar dificultades.
Después del check-in, respondimos a la siguiente pregunta:
¿Las tecnologías limitan o favorecen el desarrollo del niño (menor a cuatro años)?
Mi grupo estuvo de acuerdo que, antes de los cuatro años, las tecnologías limitan el desarrollo del niño. A esa edad, el menor necesita, más que nada, de los organizadores de desarrollo.
El uso de tecnologías, si no es moderado rigurosamente, puede causar problemas sociales y conductuales en el niño.
El niño que pasa horas frente a una pantalla pierde tiempo para el ejercicio y el movimiento libre.
Su impulsividad aumenta, también, y su tolerancia a la frustración se ve disminuida.
El menor se acostumbra a recibir una respuesta inmediata a una necesidad. El sistema de recompensa se ve sobre-estimulado. Así, se convierte en una persona impaciente.
Además, afecta su imaginación, ya que la mayoría de estímulos son visuales. A esta edad, el niño necesita crear por su cuenta.
Luego, vimos una corta presentación sobre los entornos digitales.
Repetimos la conocida frase “la maduración precede al aprendizaje”. Esto quiere decir que, si el cerebro no está lo suficientemente maduro, no se podrá realizar un aprendizaje específico.
Descubrimos, mediante los argumentos demostrados, que la tecnología no favorece el desarrollo de niños pequeños. Entre los diversos inconvenientes, afecta, también, el desarrollo de su columna vertebral.
Yo era consciente de eso, pero no sabía exactamente cómo. Llegué a la conclusión de que, por más de que sea la opción “fácil” para calmar a un pequeño, le genera más daños que beneficios.
Luego de eso, pasamos a la plataforma zoom. Ahí, realizamos la rutina de ejercicios.
Mi favorita fue el saludo al sol. No es la primera vez que lo realizo, pero esta vez me resultó más fácil. Hasta ahora, no lograba entender muy bien cómo se llevaba a a cabo.
Esta rutina me sirvió para despertarme completamente y entrar un poco en calor. Me gustó que podía sentir cómo las distintas partes de mi cuerpo se estiraban poco a poco, como si regresaran a su lugar.
Una vez terminamos los ejercicios, compartimos nuestras opiniones con nuestros compañeros.
Finalmente, nos despedimos.
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