Esta semana realizamos los ejercicios en dos ocasiones distintas.
La primera fue el miércoles, durante la clase. Mi grupo y yo decidimos comenzar con "misión: articulaciones." Había comenzado el día con bastante sueño, pero este ejercicio sirvió para despertarme totalmente. Además, terminé agotada.
La segunda ocasión fue el jueves. Para esto, nos juntamos a las once de la mañana. Hablamos un poco acerca de nuestras expectativas de la sesión y, luego, comenzamos con la rutina.
Esta vez, nos tocaba "listos para el yoga". No terminé tan cansada, pero al día siguiente podía sentir el esfuerzo en los músculos. En mis músculos oblicuos, específicamente. Una vez terminamos, aproveché para tomar agua y platicar con mis amigas sobre los logros de esa sesión.
Yo diría que estos ejercicios, primeramente, me ayudan a ser más consciente de mis límites. Además, sirven bastante para relajarme y, por un momento, poder concentrarme en otra cosa.
Comments