Esta semana, no encontramos un momento para reunirnos ya que se cruzaban todos nuestros horarios. Por ello, decidimos reunirnos dos veces durante la decimotercera semana: el viernes y el sábado.
El viernes nos reunimos a las cinco de la tarde. Yo no me sentía muy bien, por lo que realizar los ejercicios me resulto más difícil que de costumbre.
Comenzamos con el desafío HIT, ya que nos parece el más difícil y queríamos terminarlo primero. Esta semana aumenté la intensidad de los ejercicios que realizo: por ello, ya estaba familiarizada con la mayoría de los ejercicios. Aun así, tuve que pausar varias veces para tomar agua y descansar.
Cuando terminamos, estaba agotada, pero me sentía mejor que cuando habíamos comenzado.
Después, realizamos la rutina de yoga de restauración. Esta es mi favorita, porque me permite concentrarme en el momento y olvidarme de mis responsabilidades temporalmente. Sirve, diría yo, para aclarar mi mente.
A diferencia de las semanas pasadas, la rutina me pareció bastante fluida, porque ya conocíamos todos los movimientos y nos estábamos acostumbrando a estos.
Acá no tomé pausas, porque sentía que podía hacerlo todo de corrido.
Me gustó bastante realizar estas rutinas. Cuando terminamos, me sentía mejor física- y anímicamente.
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